Fabricación de metales CNC desempeña un papel vital en la prestación de servicios de producción de alta calidad y soporte técnico para diversas industrias, incluido el transporte, la tecnología y más. El tratamiento de superficies metálicas es esencial para lograr propiedades específicas de las piezas y prolongar su vida útil. A continuación, se encuentran los procesos de tratamiento de superficies de uso común para productos metálicos, que pueden evaluarse y seleccionarse en función del entorno de uso específico.

 

Anodizado:

El anodizado se aplica principalmente al aluminio y a los materiales de aleación de aluminio. Utilizando principios electroquímicos, se forma una película de óxido de aluminio en la superficie, lo que mejora la dureza de la superficie, la resistencia al desgaste y la resistencia a la corrosión del producto. Además, el anodizado mejora la apariencia de las piezas. Este proceso también reduce la conductividad eléctrica, lo que lo hace beneficioso para aplicaciones donde la disipación de calor y los reflejos superficiales reducidos son necesarios.

 

Enchapado:

El enchapado es adecuado para todos los materiales metálicos e implica unir una capa de película metálica a la superficie del producto. Mejora la resistencia a la corrosión, la conductividad y la apariencia general de las piezas. Los materiales de galvanoplastia comúnmente utilizados incluyen oro, plata, níquel, zinc y estaño.

 

Electroforesis:

La electroforesis es un proceso en el que las partículas dispersas se mueven en relación con un fluido bajo la influencia de un campo eléctrico espacialmente uniforme. Este método es particularmente útil para lograr una alta adherencia, evitar el desprendimiento de la superficie y producir una amplia gama de colores, lo que lo hace adecuado para el tratamiento de estructuras complejas.

 

Recubrimiento en polvo:

El recubrimiento en polvo utiliza un equipo de pulverización de polvo para aplicar un recubrimiento en polvo sobre la superficie del producto. La electricidad estática hace que el polvo se absorba uniformemente en las piezas y luego el recubrimiento en polvo se hornea a altas temperaturas para alisarlo y curarlo. Este proceso es rentable y se usa a menudo en la construcción y en los campos industriales. También tiene una gran capacidad para enmascarar defectos en la superficie.

 

Molienda:

El esmerilado implica el uso de herramientas de esmerilado para crear líneas regulares poco profundas en la superficie de las piezas. Este proceso es efectivo para eliminar defectos sutiles en la superficie del metal y lograr un efecto decorativo. La molienda se puede clasificar en diferentes efectos de grano, incluida la molienda de grano recto, la molienda de grano caótico, el grano ondulado y el remolino, cada uno con apariencias de superficie distintas.

 

Chorro de arena:

El arenado utiliza aire comprimido para generar un haz de chorro de alta velocidad que rocía material sobre la superficie de la pieza, logrando un cierto grado de limpieza y aspereza. Este proceso mejora la adhesión para los tratamientos de superficie posteriores y se usa comúnmente para preparar superficies para pintar o recubrir.

 

Pulido:

El pulido implica el uso de acciones mecánicas o químicas para reducir la rugosidad de la superficie de la pieza de trabajo, lo que da como resultado una superficie brillante y lisa. El pulido no altera las propiedades físicas originales del material.

 

En conclusión, la selección del tratamiento de superficie adecuado para las piezas metálicas depende del entorno de uso específico y los requisitos funcionales. Al evaluar cuidadosamente las propiedades que ofrece cada tratamiento, los fabricantes pueden optimizar el rendimiento, la durabilidad y la estética de las piezas metálicas para las aplicaciones previstas.